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Sistemas de refrigeración en las fábricas de hielo

hielos

Una máquina que se emplea para la fabricación de hielo se compone de elementos como: un sistema de refrigeración, carcasas, aislamiento y un sistema de alimentación de agua. Por lo tanto, estos aparatos funcionan, básicamente, mediante dos sistemas diferenciados, uno destinado a la refrigeración y otro cuyo objetivo es proporcionar el vapor de agua necesario para alcanzar dicha refrigeración.  En cuanto a la tipología de condensadores para estas máquinas pueden ser refrigerados por agua o por aire. Aunque los condensadores refrigerados por agua son más eficientes, lo cierto es que su uso es mínimo, pues originan un importante gasto de este bien tan preciado. En Igloo Refrigeración, desde nuestro servicio de frío industrial, queremos profundizar en los sistemas de refrigeración más adecuados para una planta industrial de fabricación de hielo. Generalmente, estas fábricas de hielo funcionan  24 horas al día, factor que es necesario tener en cuenta a la hora de diseñar un sistema de refrigeración adecuado para este tipo de industrias. Un elemento primordial para los equipos específicos de las fábricas de hielo será que incluyan algún elemento de seguridad, que se ponga en marcha en caso de avería o mal funcionamiento. Este factor nos asegura que, aunque se produzca algún fallo cuando no se encuentre nadie en la planta, no habrá consecuencias negativas para la empresa. El mecanismo de control de estos sistemas deberá certificar que podrá reiniciarse de forma rápida y sencilla, una vez se haya solucionado la avería o problema detectado. Entre los elementos de especial interés que componen un sistema de refrigeración para la fabricación de hielo destacamos:
  • Condensador: Como ya hemos visto, puede realizar su función siendo refrigerados por agua o por aire.
  • Evaporador: Suele estar constituido por tubos de cobre o acero inoxidable.
  • Intercambiadores de calor: Realizan su función entre la línea de succión y la línea de líquido.
  • Tuberías refrigerantes.
  • Compresor.
Desde Igloo Refrigeración queremos hacer hincapié en la importancia de minimizar al máximo el consumo energético. De este modo, estaremos siendo respetuosos con el medio ambiente y minimizando, además, los costes. Para conseguir este objetivo recomendamos la utilización de compresores más eficientes, reducir al máximo el consumo de agua y emplear la menor temperatura posible para el proceso de evaporación.
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Claves para optimizar una cámara frigorífica de conservación

camaras frigorificas de conservacion Una cámara frigorífica de conservación puede tener una larga vida útil si se le aplican las medidas de mantenimiento y utilización adecuadas. No basta con tener un equipamiento de calidad, hay que cuidarlo correctamente para optimizar al máximo su rendimiento. Como especialistas en frío industrial, en Igloo Refrigeración vamos a ofrecer una serie de pautas en este post para que los usuarios consigan el buen funcionamiento de su cámara. Mantener la cadena de frío es fundamental para evitar que los agentes patógenos proliferen en los alimentos que hay que conservar. Para impedir el crecimiento de estos microorganismos es necesario tener en cuenta dos aspectos: el tiempo y la temperatura. Durante la fase de refrigeración, los productos deben mantenerse a una temperatura de entre dos y cinco grados centígrados. En ningún caso, deben  superar los ocho, ya que a partir de ahí los hongos y las bacterias empezarían a reproducirse. Por otro lado, es vital controlar el tiempo que permanecen los alimentos dentro de las cámaras frigoríficas de conservación. No debe prolongarse el período máximo aconsejable para cada tipo de producto. Y es que la humedad es un factor que propicia el crecimiento de microorganismos. Por lo tanto, hay que evitar que encuentren una atmósfera favorable para multiplicarse. Un síntoma de la proliferación de agentes patógenos es el mal olor que desprenden algunos alimentos. Por este motivo, las tareas de desodorización y desinfección se realizan, en muchas ocasiones, al mismo tiempo en estas cámaras. En la actualidad, uno de los sistemas más eficaces para llevar a cabo estas labores es el basado en la aplicación de ozono. Independientemente del método utilizado, estas instalaciones deben higienizarse siempre que queden vacías. Para que los alimentos se conserven en buenas condiciones también es imprescindible realizar las entradas y salidas de las cámaras lo más rápido posible. Vigilar que el producto se encuentre a la temperatura adecuada a la hora de introducirlo en el recinto también es un factor relevante. Comprobar el estado de los alimentos con cierta periodicidad para retirar los que estén deteriorados contribuye a optimizar el funcionamiento de la cámara, así como almacenarlos de tal forma que el aire pueda circular libremente entre ellos.
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Cómo funciona una cámara frigorífica

camara frigorifica Aunque a algunos les resultará chocante, una cámara frigorífica no enfría. El proceso por el que los alimentos se mantienen en óptimas condiciones se basa en la extracción de las calorías que contienen. O, lo que es lo mismo, el sistema de refrigeración saca la  energía convertida en calor que almacenan los productos introducidos en estos recintos. ¿Cómo lo hace? En Igloo Refrigeración se lo explicamos. La respuesta está en el evaporador, el dispositivo en el que se produce la transferencia de energía térmica desde los alimentos hacia el líquido refrigerante que se mueve por el interior del circuito. Durante este proceso, el fluido pasa de estado líquido a gaseoso. Además del evaporador, un equipo de refrigeración instalado en una cámara incluye otros componentes. Es el caso del compresor de gas, que funciona gracias a la acción de un motor eléctrico. Se trata de una pieza fundamental para el funcionamiento del mecanismo, ya que es el que permite que todas las partes se accionen. Por otro lado, está el condensador, un intercambiador de calor que incorpora un caño en forma  ondulada. Además, está la válvula de expansión. Todos estos elementos están conectados por un sistema de caños de cobre, que conforman un circuito cerrado. El gas refrigerante llega caliente de la cámara frigorífica y el compresor se encarga de elevar su presión. Una vez alcanzada la temperatura y presión adecuadas, el gas pasa al condensador en estado líquido. El calor que desprende pasa por las paredes del caño al aire gracias a las aletas que incorpora el condensador. Luego, el gas licuado llega a la válvula de expansión, donde pierde presión. Así, cuando accede al evaporador, el gas ya está frío y no tiene presión, por lo que vuelve al estado gaseoso. El calor lo toma del caño de cobre, que se enfría y vuelve a coger energía calorífica del aire. La intervención del ventilador posibilita que este aire pase por el evaporador, con lo que se retira el calor de los productos almacenados. Este gas a altas temperaturas llega al compresor, con lo que se completa el circuito. Así, la operación continúa desarrollándose y enfriando el aire y los alimentos hasta alcanzar el frío óptimo. El ciclo se repite cuando aumenta en torno a un grado la temperatura fijada.
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