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El amoniaco como gas refrigerante

sustancias peligrosas El amoniaco es un elemento ampliamente empleado como gas refrigerante en instalaciones frigoríficas y de enfriamiento, conocido en este sector como gas R-717. Se trata de un producto que presenta un importante riesgo para la salud de las personas que lo manipulan, pues es altamente tóxico, por lo que es fundamental atender siempre a las medidas de seguridad adecuadas para no sufrir ningún tipo de problema. Por lo demás, este material presenta numerosos beneficios en su uso en instalaciones de refrigeración. Aunque su empleo había disminuido, notablemente, por los riesgos para la salud de las personas que lo manipulan, lo cierto es que desde que entró en vigor el nuevo impuesto sobre gases fluorados de efecto invernadero, que no afecta a este elemento, está experimentando un crecimiento exponencial. Este nuevo gravamen ha supuesto un importante incremento en los costes por mantenimiento de las instalaciones frigoríficas o de refrigeración. Desde Igloo Refrigeración queremos poner en valor las ventajas de la utilización del amoniaco como gas refrigerante, siempre que se realice de forma adecuada:
  • Presenta unas óptimas condiciones para la transferencia de bajas temperaturas, por lo que es el elemento perfecto para mantener refrigerados aquellos productos o mecanismos que nos interesan durante mayores períodos de tiempo.
  • El amoniaco no supone una amenaza para el medio ambiente pues no es un agente contaminante, las plantas lo consumen fácilmente eliminándolo del ambiente.
  • Se consolida como un elemento altamente biodegradable, lo que lo sitúa por encima de otros productos más contaminantes y perjudiciales para nuestro entorno natural.
De cualquier modo, el hecho de que el amoniaco es altamente tóxico no es algo banal, sino que supone un riesgo real para la salud de aquellas personas que lo manipulan. Por ello, como empresa especializada en sistemas de refrigeración queremos remarcar la importancia de tener en cuenta las medidas de precaución necesarias. En este sentido conviene llevar a cabo unas labores adecuadas de mantenimiento de las instalaciones, así como atender a las medidas de prevención de riesgos laborales para dichas tareas. De este modo evitaremos fugas, averías o problemas derivados del uso de este gas, que podrían tener consecuencias negativas para los trabajadores.
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